Hoy queríamos hablaros de algo de lo que muchos padres están equivocados: las caries en los dientes de leche de los niños. Muchos piensan que, como son piezas dentales que terminarán siendo sustituidas por las definitivas, no hay que hacerles caso, ni acudir al dentista. Esto es completamente erróneo. De hecho, las consecuencias por no tratar una caries infantil a tiempo, pueden ser diversas y dolorosas, tanto para el niño como para el bolsillo de sus padres. Así pues, hoy queríamos arrojar algo de luz entorno a este tema, conociendo mejor este tipo de caries, qué debemos hacer para prevenirlas, qué tratamientos existen y, con afán de crear conciencia, qué consecuencias pueden sufrir nuestros hijos si no se tratan a tiempo.

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¿Qué es la caries en dientes de leche?

Los adultos no somos los únicos que podemos tener caries. De hecho, los dientes de leche pueden desarrollarlas con gran facilidad, si no mantenemos una higiene y cuidados adecuados. Para identificar las caries en dientes de leche, una primera señal de alarma sería la decoloración de los dientes, así como pequeños agujeros en los mismos. Si vemos algunos de estos indicios debemos consultar la opinión de un dentista, quien sabrá aconsejarnos al respecto. En ausencia de señales de caries, también es recomendable llevar a nuestro bebé cuando cumpla el año. Allí le realizarán un examen dental, con el que asegurarnos que todo está en orden y descartar cualquier problema.

¿Cuáles son las causas de la caries dental en los niños?

Las dos causas principales de la aparición de caries en los dientes de leche son, cómo no, una higiene insuficiente y una alimentación inadecuada. Caries que pueden producirse desde el primer instante en que los dientes del niño empiezan a emerger de su encía. Así pues, es de vital importancia que no abusen de los dulces, ni bebidas azucaradas como refrescos o zumos. También conviene evitar el exceso de pan, pizzas y pasta que, en definitiva, son harinas que, durante su metabolización, terminarán produciendo azúcares. Luego existen hábitos que pueden favorecer, sin saberlo, la aparición de caries. Por ejemplo, una práctica común es dejar al bebé con un biberón de leche o, peor aún, de zumo, antes de irse a dormir puede favorecer la aparición de caries.

caries en dientes de leche

¿Qué pasa si no se trata a tiempo?

Los dientes son la única parte del cuerpo humano que no se regenera por sí misma. Por ello, la detección precoz de las caries es fundamental para evitar males mayores. En el caso de las caries en los dientes de leche, cualquier infección en el diente temporal que progrese por la raíz creará una bolsa de pus que afectará al diente permanente. Por tanto, si no se trata a tiempo, un simple empaste podría convertirse en una pulpotomía, muy similar a la endodoncia de los adultos. O peor aún, que haya que extraerlo. También se pueden producir cambios en la alimentación de los pequeños: al provocar molestias y dolor, el niño puede decidir no comer; así como alteraciones en la masticación: la caries puede sobrecargar el resto de la articulación, lo que puede derivar en una mala masticación. Además, a veces los dientes definitivos salen con malformaciones, manchas o lesiones secundarias a consecuencia de no haber tratado una infección en la pieza de leche de la manera adecuada.

¿Cuál es su tratamiento?

Lo primero que hay que analizar es la raíz que le queda al diente, mediante una radiografía periapical, intraoral. Si queda poco tiempo para que este se caiga, se suele dar un antibiótico y optar por extraer la pieza. Por otro lado, si aún le queda bastante tiempo, pueden utilizarse distintos tratamientos. En caries pequeñas que no llegan a afectar al nervio, se puede hacer un empaste o reconstrucción. En caries pequeñas que han llegado al nervio, se hará una pulpotomía, una tratamiento similar a la endodoncia en adultos. En caries grandes, se extrae el diente y se coloca en su lugar un mantenedor de espacio para evitar que el hueco se cierre.

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¿Cómo podemos prevenirlo?

La higiene es la clave. Incluso desde que nacen, pasándole una gasa humedecida o el dedal de silicona por las encías después de cada toma. Desde que le sale el primer diente debemos cepillar con apenas un grano de pasta dental fluorada (de 1000 ppm de flúor). A partir de los tres años se aumenta un poco la cantidad de pasta,hasta el tamaño de un grano de arroz o lenteja, siendo aconsejable el uso de un cepillo de cabezal pequeño y cerdas suaves tras cada ingesta. Otra forma de prevenir males mayores es haciéndoles revisiones en el dentista desde que les sale el primer diente. Por otro lado, existen alimentos buenos para prevenir las caries. Estos son los alimentos crudos y ricos en fibra: zanahorias, manzanas, pan integral, etc. Estos requieren una masticación enérgica que favorece la secreción salival, que tiene una acción de autolimpieza, obstaculizando la formación de placa y ayudando a mantener los dientes limpios.